"No son ni tres ni cuatro los profesores que a la hora de trabajos a sus alumnos temen que se convierta en un simple googlear las tres o cuatro páginas primeras sin mayor sentido crítico, y copiar y pegar posterior (versión moderna del antiquísimo verbo “plagiar”) de un modo más o menos ordenado. Personalmente soy uno de esos profesores preocupados. Si bien de partida reconozco que, siendo yo estudiante, cuando copiábamos de libros y se nos “olvidaba” citar la fuente, los profesores no tenían las herramientas de las que hoy disponemos para “preocuparse” por el buen hacer de sus alumnos."
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